Recuento: Bloguero a Bitácora

La última publicación en Agosto del año pasado me frustró en seguir escribiendo. Me alejó de mi propósito: escribir, escribir y escribir. Este blog, mi espacio personal, lo comparto con la gente que quiera leerme y considerarme un bloguero. Sé que un bloguero trata temas según sus gustos y como este sitio se llama "Bitácora del Merodeador" puedo expresar cualquier idea (siempre cuando sea buena).

Me gustan las palabras: ellas dan abrazos, un beso apasionado, una cachetada, un alivio, un suspiro, un enojo, una semiosis conflictiva, entre otras cosas. Las palabras son el machete de todas las personas, y me daría miedo perderlas, que se alejen de mí, que busquen monotonía y de dediquen a una vida de críticas estúpidas, quejarse de todo destructivamente. Ser apocalíptico no es lo mío.

Lo más terrible sería que yo me olvidase de las palabras buenas, las que hacen amistad, las que construyen mundos, las que dan sonrisas de oreja a oreja.

Vivo en las palabras, por eso Bitácora, debo retomarte y escribir. Y si la gente le gusta comentará, nos leerá, lo mismo pasará si no les gustamos.

Recuerda bitácora que somos un mundo inhóspito, donde las cosas más extrañas del mundo son nuestra fuente de locura y eso, mi querido amigo Sancho, es felicidad.