miércoles, 14 de septiembre de 2011

Un año y algo más, Rosemarie Vázquez de Ángel


Hoy, quince de septiembre se cumple un año. Un año que implicó navío sin capitán, navegando sin rumbo fijo, perdiéndonos entre la neblina e inventando caminos para salir de altamar. Reajustando rutas estratégicas, consultando mapas, bitácoras, palabras, brújulas. Así es, Rosemarie Vázquez, estas han sido nuestras acciones contra el mundo vertiginoso.Te recordamos con cariño. Todavía recuerdo que inicié el día, quince del año pasado, con una noticia, una noticia que me costó creer. He aprendido a no dar malas noticias por teléfono y menos a las siete de la mañana. Rosemarie, a esa hora me enteré de tu descenso. Me fui a lavar la cara, porque pensé que era un sueño. Encendí mi computadora y en la red social facebook empecé a ver listones negros, estados dedicados a ti y aún no creía que habías fallecido.

Interesante fue observar las reacciones de la gente que convivimos, poco o mucho tiempo, contigo. Lloramos, Rosemarie Vázquez, hombres, mujeres, niños y niñas caímos en la viudez de tu partida. Una viudez que nos transformó el alma y el corazón. Las reglas de la realidad nos cambió nuestro estilo de vida. Con estos cambios, nadie niega la depresión que nos invadió, que nos unió y separó por razones personales. Luego, entendimos que los ángeles no son eternos en la tierra, pues una mujer fue llamada por Dios y nos soltó la mano para que diéramos los primeros pasos. Cambiaste vidas, Rosemarie. Nadie puede negar que tus palabras fueron aliento de vida para luchar contras las adversidades y que a la fuerza nos han hecho crecer.

¿Por qué hablar en plural? Pues, somos bastante gente necia que seguimos tus huestes, jamás nos cansaremos de hablar de ti, porque tú has sido la mejor inspiración que hemos tenido. Bendito ángel que fundida en mujer cambió el mundo, nos enseñaste a ser humanos y trabajar con disciplina, con garra, con voluntad, con humildad y con responsabilidad. A vencer las palabras: NO PUEDO, y convertir lo imposible en posible. Gracias por enseñarnos a soñar alto y de alcanzar nuestros sueños.

Réquiem por ti y que no dejes de ser nuestro ángel de la guarda.

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